Tras años en caída libre, el precio de los paneles LCD se ha disparado durante la pandemia
Blaze Display Technology Co., Ltd. | Updated: Nov 27, 2018
Durante los últimos años hemos asistido a una particular crisis de los paneles LCD. El precio de esos paneles lleva desde finales de 2017 cayendo en picado y habíamos llegado a un punto en que había exceso de oferta de paneles LCD. Más oferta, precios más bajos y más compañías (como Nokia, Motorola o Amazon) lanzando sus propios televisores para darle salida al exceso de stock. Con la llegada de la pandemia, sin embargo, la cosa ha cambiado radicalmente.
Durante este último año hemos visto a las fábricas cerrar o limitar su producción. Eso, unido a otros aspectos como la guerra comercial Estados Unidos-China y los problemas de logística, ha derivado en una escasez de componentes de todo tipo que, a su vez, ha elevado el precio de fabricación de los productos lo que, en la práctica, se traduce en un aumento del precio que paga el consumidor final. En lo que a televisores LCD se refiere, la escasez de un componente tan sencillo como el controlador de la pantalla ha disparado su precio.
De 95 a 206 dólares por un panel LCD de 55 pulgadas
Cuando hablamos de escasez de componentes solemos hacerlo refiriéndonos a las consolas de nueva generación y a las tarjetas gráficas y/o procesadores de reciente hornada, pero no hace falta irse a productos tan complejos para detectar las consecuencias de esta situación. Podemos fijarnos en los paneles LCD, que usan un componente tan sencillo como el "display driver", un chip que se encarga de indicarle a la pantalla cómo tiene que iluminarse.
¿Dónde está el problema? En que no hay suficientes controladores de pantalla para todos, ya que estos chips se usan en televisores, sí, pero también en ordenadores, portátiles, coches, móviles, etc. Si a eso le sumamos un aumento en la demanda de televisores debido a que los usuarios pasan más tiempo en casa, tenemos todos los ingredientes para una tormenta perfecta.
En Bloomberg se hacen eco del caso de Himax, uno de los principales productores de controladores de pantalla. Actualmente se usan en todo tipo de productos, desde móviles hasta coches. Himax diseña los controladores, pero los fabricantes son TSMC y United Microelectronics, que ahora mismo están desbordados.
No solo eso, sino que estos chips están fabricados en un proceso de 16 nanómetros, muy por detrás del foco de las fundiciones, que actualmente están volcadas en los tres, cinco y siete nanómetros. Es decir, que las fundiciones tienen que fabricar en procesos mucho más avanzados y rentables, pero también en procesos más antiguos y perfeccionados, hasta el punto de que, según Himax, los controladores de pantalla más básicos se pueden fabricar por un dólar. Es decir, que la falta de un chip de un dólar o de poco más de un dólar está provocando toda una hecatombe en los precios de los paneles.
Según Bloomberg e IDC, el precio de los paneles LCD, con indiferencia de su tamaño, se ha disparado. Por ejemplo, un panel de 55 pulgadas ha pasado de costar 95 dólares a finales de 2019 a 206 dólares en abril de 2021. Uno de 65 pulgadas, por su parte, ha pasado de 156 dólares a 260 dólares. Otro caso curioso es el de los paneles de 50 pulgadas, que han duplicado su precio entre enero de 2020 y marzo de 2021. Se estima que esta subida se dilate, como mínimo, hasta el tercer trimestre de 2021.
Tal ha sido la subida de precios que, de acuerdo a Business Korea, Samsung y LG, que habían abandonado la fabricación de paneles LCD, habrían puesto estos planes en pausa. Estas compañías se vieron atacadas por los fabricantes chinos, cuya cuota de mercado aumentó al 48% en 2019, superando al 26% que tenían las empresas coreanas.
Finalmente, Bloomberg concluye que otro aspecto que ha afectado a los precios de los televisores es la falta de vidrio. Este sector tampoco ha estado exento de problemas y se ha enfrentado al apagón de la fábrica de Nippon Electric Glass en diciembre o a la explosión de la fábrica de AGC Fine Techno Korea en enero. Tocará esperar a que las aguas vuelvan a su cauce, pero por ahora parece que el precio de las pantallas no está cerca de reducirse.